lunes, 28 de noviembre de 2011

Actividad 9, unidad 3, modulo3

¿Cuáles son los espacios políticos y culturales en los que prefieren participar los jóvenes de tu país?

La formas de participación juvenil es posible pensarla a través de las múltiples disidencias políticas (movimientos de protesta) y culturales (expresiones juveniles) que han tenido lugar a lo largo del siglo XX y principios del XXI. Las formas de disidencia política suelen ser disputas frontales por derechos que los jóvenes consideran legítimos, tal es el caso de los movimiento estudiantiles de 1969 y principios de los años setenta a nivel nacional o, los movimientos juveniles de Baja California durante los años ochenta por los terrenos de la actual UABC. Otros ejemplos recaen en el movimiento antiglobalifóbico de mediados de los noventa o el rechazo al estatus actual de las cosas en relación a las crisis económicas y precariedad de las condiciones de vida de Occupy Wall Street.

En cambio, las disidencias culturales se conforman de formas diversas de expresión que resultan en posicionamientos políticos posteriormente. En este sentido, el recuento en el país es amplio: los hipis, los punks, los cholos, los darks, etc.

La diferencia entre la disidencia política y cultural no implica desinterés por parte de la segunda, sino una búsqueda de espacios alternativos en donde interactuar con otros jóvenes sobre lo que resulta relevante y significativo entre pares. Dentro de estas formas alternativas de vivir se encuentran las diversas posiciones sobre la sexualidad, la expresión corporal, el establecimiento de acciones-rituales y de socialización.

En lo que coinciden los juvenólogos del país, es que existen pocas certezas para los jóvenes en relación a sus formas de expresión dentro de los canales institucionales. En primer lugar, por la falta de reconocimiento desde la mirada adultocrática como sujetos sociales con posibilidades de agencia que permita reconocimiento político, y en segundo lugar, por la crisis en la que se encuentra el proyecto de Estado para atender las demandas juveniles (escuela, empleo, seguridad social, etc.).

¿Cómo ha respondido el gobierno ante estas expresiones?

Recupero el cierre de la respuesta anterior para enfatizar el tema de lo que bien puede conocerse como un desfase, parafraseando a Roxana Morduchowicz, en el que la escuela no mira a los estudiantes como actores sociales del presente sino como proyectos a futuro, puesto que no recupera las habilidades que los jóvenes utilizan en los entornos lúdicos que bien pueden funcionar en los ambientes de enseñanza-aprendizaje. El problema se hace más grande cuando la misma OCDE reconoce que México es un país que no ofrece movilidad social a los jóvenes a pesar de que estudien cada vez más, por lo tanto, además de la miopía ante las expresiones juveniles, lo que se tiene es el desmoronamiento del aparato institucional para cumplir las expectativas de millones de jóvenes que ven proscritos sus horizontes de futuro.

Las formas concretas de respuesta ante las formas de disidencia política y cultural ha sido la represión, la estigmatización (como en el caso de Occupy Tijuana, véase la entrada anterior), omisión y la antitolerancia.

Es cierto que los gobiernos han generado política pública en relación a las necesidades juveniles pero lamentablemente estas no coinciden con los contextos en movimiento en los que se encuentran los jóvenes. De ahí la falta de reconocimiento sobre las necesidades juveniles. En todo caso, la "oferta" gubernamental sobre la cuestión juveniles remite más a soluciones paliativas que ha efectividad de intervención en formas de prevención.

¿Se han trabajado las políticas públicas sobre juventud, de manera que las inquietudes de los y las jóvenes tengan cabida en las acciones de gobierno en tu país?

No es posible negar los esfuerzos
, sin embargo, en la mayoría de los casos la problemática persiste porque no hay consistencia en las visiones que buscan atender las demandas juveniles. Por ejemplo, a pesar de las recomendaciones de la CEPAL en materia de juventud, las respuestas de los gobiernos nacionales siguen careciendo de profundidad en la solución de los conflictos, tal es el caso de la inseguridad en México en donde se asigna a los jóvenes muertos en la guerra contra el narco responsabilidad por estar inmersos en la delincuencia organizada cuando éstos no cuentan con condiciones propicias para desarrollar una vida fuera de la ilegalidad, en donde el presidente del país invita a los jóvenes universitarios a entrar a la policía para combatir al narco o cuando el gobernador de Chihuahua sugiere que los jóvenes desempleados y que no estudian entren al ejército.

1 comentario:

  1. Este tema da para mucho, estamos presenciando un momento muy complejo que pone en evidencia la falta de programas serios que se traduzcan en políticas públicas del Estado mexicano y de los gobiernos estatales.

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